martes, 8 de enero de 2013

RIVALIDAD VIVA ENTRE LA NIEVE… Apu Huallallo y Apu Pariacaca



Dentro del contexto andino se considera al dios "Wiracocha" o "El gran señor Sol" como el creador del mundo, quien pobló a la tierra quechua de haris (hombres) y Wanblas (mujeres) y distribuyó a los dioses menores por toda su extensión. Estos dioses tutelares fueron llamados APUS.

En la tierra de los Huancas, el gran Wiracocha envío a dos dioses, cada uno con características y rasgos diferentes. Estos dioses fueron el Apu Huallallo Carhuincho o Huallullo Carhuancho y el Apu Pariacaca o Pariaqaqa. Ambos dioses se enamoraron de distintas wanblas y tuvieron una familia muy extensa.

Pero si todo iba bien, ustedes se preguntarán porque estos dioses fueron rivales, pues según cuentan esto habría sucedido por lo siguiente:

Cuenta la historia que la primogénita de Huallallo Carhuincho, llamada Huaytapallana era muy hermosa, tanto que para ocultarla de los haris este, su padre la escondió al abrigo de las montañas y sembró para ella un jardín lleno de flores.
A su vez el Apu Pariacaca tuvo un hijo varón a quien llamo “Amaru” este joven amante de los viajes y quien, por ser hijo de un Apu, podía tomar la forma de cualquier animal y de esta manera trasladarse por los valles de su padre, encontró a una bella wanbla con quien se casó y tuvo una hija.
Un día en el que Amaru sobrevolaba unas montañas, observ a lo lejos un jardín de flores como nunca antes había visto y sin saberlo salió de los terrenos de su padre y tomando forma humana nuevamente se adentro en este paraje escondido.
Al pie de la laguna Carhuacocha se encontraba una wanbla tan hermosa que Amaru, olvidando todo, quedo al instante perdidamente enamorado de ella y, esta doncella cuyo nombre era Huaytapallana también se enamoro de él. Ambos tuvieron cinco hijos.
El Apu Huallallo Carhuincho quiso saber quien era este joven hari que había tomado el corazón de su hija de esta manera y preguntando a los vientos se entero que ese joven hari no era otro que Amaru, el hijo de su rival Pariacaca, y que además de ello él estaba casado y tenía una hija.
Herido en lo más profundo por el adulterio cometido, el Apu Huallallo Carhuincho suplicó a los vientos que traigan, a los odios de Amaru noticias de su esposa y de su hija.
Al recordar Amaru a su esposa e hija y tomando conciencia de todo lo que había hecho salió a caminar, mientras avanzaba lentamente y meditaba por una quebrada el Apu Huallallo Carhuincho se acercó y de un golpe mortal que terminó con la vida de Amaru, este al momento de caer grito a su padre para que tome venganza de este ataque traicionero.
El Apu Pariacaca en su dolor ahogó a Huaytapallana en la laguna Carhuacocha y a los cinco hijos en las lagunas aledañas.
De esta manera ambos Apus iniciaron una terrible batalla arrasando a su paso todas las aldeas, pueblos y cultivos que existían en la zona, dando forma, durante este batallar a la accidentada geografía de la zona.
Al enterarse de estos destrozos el gran Wiracocha, juzgó tales acciones como maldades muy grandes y decidió apresarlos por un largo tiempo. Tomó a Pariacaca y lo convirtió en Nieve sobre las colinas mas altas de sus montañas que hoy llevan su nombre, y a Huallallo lo convirtió en nieves perpetuas asentandolo sobre las colinas y picos de la que fue la morada de Huaytapallana.
Se dice que solo cuando esas nieves se derritan ambos Apus podrán liberarse de esa prisión, y parece que ese tiempo esta por llegar...

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