viernes, 25 de enero de 2013

EL ICANCHO FORMA TODOS LOS ÁRBOLES

En un tiempo había muchos árboles, había mucho monte, como ahora. En un tiempo se quemó todo el monte; pero había gente. Había una viejita que les dijo a todos: " ustedes no vayan a mirar; hay que mirar abajo; porque si ustedes miran, nosotros nos vamos a transformar en cualquier cosa". La abuela no hizo caso y miró, por eso se transformó en vizcacha. La vizcacha es gente y todos los los animales son gente . El oso hormiguero es la abuela de la gente esa que había mirado. Ella tenía una mano de mortero que se transformó en la nariz que tiene. Después terminó todo y no quedó nada, nada de árboles. Había un icancho que empezó a caminar por ahí, meta escarbar. Por último vió un carboncito. Entonces juntó el carboncito y se paró arriba y empezó meta brincar y brincar y cantar, hasta que, por último, ya salió un arbolito. El icancho no se cansaba todos los días de bailar y bailar en esta plantita. Por último, se formó un árbol grande y ahí se quedó para siempre y él va a la sombra de ese arbolito. Así que por el icancho es que se formaron todos los árboles. Después se formaron todos los hombres que hay ahora.

La transformación de los seres humanos en ciertos animales por castigo de haber cometido una acción vedada es común en los mitos. La vizcacha, el oso hormiguero, el chancho del monte, son gente castigada. El adquirir la forma desagradable de dichos animales o de otros, puede por sí solo ser un castigo. Los pájaros, en cambio, son los espíritus de seres que tuvieron que sufrir alguna calamidad o fueron víctimas de otros seres animados por causas casi siempre injustas.

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