La Rubia de Kennedy
En las noches, se cuenta que en plena
av. Kennedy, en Santiago de Chile, una hermosa rubia hace parar a los
taxistas. Ellos la llevan alrededor de dos kilómetros, y cuando miran por el
espejo retrovisor para conversar, ella no
está.
Ha causado crisis en algunos tiempos, que es cuando todos la
ven, pero la leyenda cuenta que ella era una alemana de principios de siglo, que
vivía en el sur del país y que consumida por una gran pasión hacia su propio
hermano, lo esperó una tarde en el bosque. Quien acudió a aquella cita no fue su
hermano, sino el Trauco, personaje mitológico de gran fealdad que viola a las
mujeres solteras dejándolas embarazadas. Como ella se resistía a la violación,
él y sus secuaces la mataron, pero su espíritu sigue en busca de quienes
acabaron tan vilmente con su vida.
La “Rubia de Kennedy” sería la versión chilena de la leyenda
del Autoestopista fantasma, siendo una de las leyendas de origen contemporáneo
más conocidas en Chile.
La historia de la leyenda urbana
comenzó en 1979, cuando
varios automovilistas informaron sobre una hermosa joven rubia de vestido blanco
y largo que recogieron en la Avenida Kennedy. Cuando los conductores comenzaban
a acelerar, la mujer pedía a los automovilistas que no fueran tan rápido y luego
se desvanecía.
Posteriormente, la investigación periodística de los hechos
apuntó a una mujer llamada Marta Infante, que respondería a la descripción de
los testigos, y quien en 1978 había fallecido en un accidente
automovilístico.
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