Los tres jóvenes perezosos (Puno)
Cuentan que, en una comunidad vivía una mujer con sus tres hijos, ella ya era
anciana no podía trabajar la chacra y cada vez más los alimentos que había
guardado estaban escaseando. Un día cuando ya comenzaba la época de la siembra,
la mujer a sus hijos les dijo: vayan a barbechar la tierra para sembrar papas,
ellos dijeron: si mamá; entonces esa mañana se fueron hacer la chacra llevando
su fiambre. Pero ese día no habían hecho nada los tres hermanos. En la época de
la siembra les dijo: que vayan a sembrar, ellos dijeron si mamá, la madre les
puso buen fiambre y los jóvenes en la parcela donde deberían de sembrar se
dedicaron a jugar y se echaban. Así ellos engañaban a su pobre y triste madre.
Luego llegó la época de la cosecha y la madre les ordenó que fuesen a escarbar
papas nuevas, y ellos se fueron a la chacra, escogieron las mejores matas de la
chacra ajena, y llevaron la papa para que cocine la madre, su madre se sintió
muy contenta porque sus hijos llevaron papas grandes. Les felicitó, luego la
mujer se dirigió a la chacra de papas para escarbar y miró la chacra que tenía
las mejores matas y dijo: esta debe ser la chacra que han hecho mis hijos
trabajadores.
La mujer empezó a escarbar, cuando estuvo escarbando se le
acercó una persona y le dijo: oye mujer ociosa que haces escarbando mi chacra.
La mujer le dijo: yo estoy escarbando lo que han trabajado mis hijos. El dueño
le dijo: tus hijos perezosos no han hecho nada, cada vez que venía a la chacra
se echaban y jugaban y por la tarde regresaban a su casa. Así la madre recibió
castigo.
La mujer de pena y llorando retornó a su
casa a sus les dijo: jóvenes ociosos, donde está la chacra que han trabajado,
ustedes me han mentido, él dueño me a pegado por culpa de ustedes. Los tres
hermanos enfurecidos respondieron mamá: ahora verá la chacra que hemos
trabajado, todito lo cosecharemos, mencionando estas palabras, se fueron
convirtiéndose: el menor en viento, el intermedio en granizo, y el mayor en la
helada.
Desde ese día, se le conoce al viento, al granizo y a la helada
como los jóvenes perezosos y ladrones de la chacra.
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