Para hacer frente a la muerte de un ser querido es necesario que cualquier persona pueda tener a alguien de confianza con quien poder expresar sus pensamientos, sentimientos y temores. De hecho, en algunas ocasiones, algunas personas pueden llegar sentirse culpables por seguir viviendo cuando la otra persona ya no está. Conviene hacer entender a quien se encuentra en esta situación que lo mejor que podemos hacer por el ser querido ausente es disfrutar la vida y el presente que él no pudo tener.
Por otro lado, también existen personas que pueden sufrir al perder la fe en Dios. De hecho, en algunas ocasiones la muerte de un ser querido produce una crisis de fe que implica un cambio de valores que puede hacer sufrir al afectado.
Para superar la muerte de un ser querido tenemos que encontrar un nuevo motivo para vivir, es decir, una nueva motivación. Puede ser el trabajo, la amistad, los hijos o cualquier otro motivo basado en una decisión personal. Pero está claro que como explica Victor Frankl, el sentido es un horizonte de futuro más allá de todo dolor. Tanto es así que dependiendo de las circunstancias personales el afectado puede necesitar de la ayuda de un especialista preparado.
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