Erythroxylum coca
Coca | |
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Planta de coca | |
Clasificación científica | |
Reino: | Plantae |
División: | Magnoliophyta |
Clase: | Magnoliopsida |
Orden: | Malpighiales |
Familia: | Erythroxylaceae |
Género: | Erythroxylum |
Especie: | E. coca |
Nombre binomial | |
Erythroxylum coca Lam. 1786 | |
Variedades | |
Sinonimia | |
Tiene un papel importante en las culturas andinas, como analgésico en intervenciones médicas. Es utilizada por culturas andinas como las naciones chibcha, aymara y quechua, como analgésico. Aunque es mejor conocida en el mundo entero por sus alcaloides, entre los cuales se encuentra la cocaína, que es un fuerte estimulante.
En la parte norte de Colombia se le llama hayo o jayo, y así aparece en los documentos coloniales de Bogotá y Tunja.
[editar] Características
La coca es un arbusto originario de los Andes que crece hasta 2,5 m de altura, de tallos leñosos y hojas elipsoidales, pequeñas y de color verde intenso. Sus flores son minúsculas y de color blanco. Sus frutos, de color rojo, tienen forma ovoide y miden alrededor de un centímetro.La coca crece adecuadamente en las tierras cálidas y húmedas de los Andes (región Yungas o Selva alta), en un rango de altitud que va desde los 800 hasta los 2000 msnm. Sin embargo, cultivos en altura fuera de ese rango son posibles en determinadas regiones. Crece incluso bajo la sombra de grandes árboles en las regiones tropicales. La cocaína, el alcaloide más importante presente en esta planta, posee propiedades estimulantes, anestésicas, terapéuticas y mitigadoras del apetito, la sed y el cansancio, que se manifiestan mediante la masticación o el cocimiento.
La coca se cosecha hasta tres veces al año de manera manual, en la zona de los Yungas bolivianos (en el Departamento de La Paz); se cosecha 4 veces al año en el Chapare de Cochabamba (Bolivia) y hasta seis veces en Alto Huallaga (Perú). Las hojas son arrancadas por el peciolo y secadas al sol para su posterior venta y comercialización. Una misma planta puede ser cosechada durante diez años.
El hábito de usar las hojas de coca, como analgésico, en el área andina se remonta, cuando menos, al siglo II a. C. y continúa siendo común entre los actuales grupos indígenas de las serranías y altas mesetas de Bolivia, Perú y Argentina. Si bien la coca fue considerada un artículo de lujo en tiempo de los incas y utilizada durante los ritos sacerdotales únicamente por los emperadores incas y nobles, su consumo fue estimulado por los conquistadores españoles para extender las horas de trabajo de la mano de obra originaria y desde entonces su uso se encuentra ampliamente difundido entre la población indígena de los Andes. El chacchar, picchar o acullicar es el acto de introducir las hojas en la boca e ir formando un bolo para extraer de ellas las sustancias activas y estimulantes. Para lograr los efectos deseados, es necesario agregar un componente alcalino a la mezcla, usualmente cal viva o ceniza alcalina (básicamente bicarbonato de calcio de origen vegetal). Esto se logra con la llipta, "llijta" o toqra (un comprimido de ceniza en forma de panecillos o bloques fabricados de la ceniza del tallo de la quínua) o simplemente con la ayuda de un palito previamente humedecido con saliva y sumergido en cal común (por eso es frecuente observar quemaduras en la mucosa bucal de algunos "acullicadores" que utilizan este sistema). Su uso trasciende el mero hecho de mitigar las sensaciones de hambre, sed o cansancio, siendo el chacchado o "acullicado" en realidad un acto ritual con profundas implicaciones sociales para el humano andino, ya que perpetúa las tradiciones culturales y une a las personas. En este sentido, el 6 de diciembre del 2005, en Perú se declaró a los usos culturales tradicionales de la hoja de coca como patrimonio cultural inmaterial de la nación.[2]
La hoja de coca posee efectos medicinales como analgésico, ya sea sola o combinada con otras sustancias (como infusión o emplastos), y es considerada por mucha gente de la cultura andina como una planta mágica, debido a sus propiedades estimulantes. Algunos de los usos rituales o místicos más difundidos son: el soplar las hojas al viento, o dejarlas caer al azar, para leer la suerte, el destino, curar "mal de amores", así como el ofrecerlas como tributo a los dioses y lugares sagrados o Apus.
[editar] Aspectos farmacológicos
La cantidad de cocaína contenida en las hojas frescas comprende sólo unos 0,8 %. Aparte de esta sustancia, las hojas de la coca presentan otros alcaloides como metilecgoninca, benzoilecgnoninca, ecgonina y nicotina.La absorción de la cocaína es mucho menos rápido y eficiente que las formas purificadas de la cocaína y no causa los mismos efectos psicoactivos y eufóricos asociados con el uso de la droga. La adicción u otros efectos nocivos del consumo de la hoja en su forma natural, no se han documentado.
[editar] Referencia histórica
Los habitantes andinos conocían esta planta y sus efectos desde épocas muy anteriores a la aparición del Imperio inca.Los colonizadores europeos le dieron diferentes denominaciones, mientras los nativos la conocían como hoja sagrada por su expresa utilización entre los miembros de la casta superior de los nobles. Al parecer, el uso de esta hoja estaba restringido entre el resto de la población, por lo que también tenía la categoría de presente real para recompensar servicios.
Algunos opinan que las facultades provocadas por la hoja de coca se consideraban como un hecho sobrenatural y por ello estaba presente en actos funerarios, entre otros. La utilización de hoja de coca está arraigada en la cultura boliviana y peruana. Sin embargo el uso sacerdotal que se le dio en el Incario fue para promover estados alterados por ayuno (fastening)
La eficacia de la hoja de coca como estimulante fue reconocida por los españoles desde el mismo momento en que llegan a Sudamérica (siglo XVI) y luego sus efectos fueron descritos con lujo de detalles por los grandes viajeros foráneos del siglo XIX. Uno de ellos, el erudito historiador británico sir Clements R. Markham (1830-1916), recomendó el uso de la coca a todos los turistas y extendió esta recomendación a los miembros de los clubes de alpinismo de Europa.[cita requerida] La cortesía de los establecimientos turísticos de la sierra peruana al ofrecerles una taza de infusión de coca a los visitantes de las serranías del Perú ,no es desde luego, una "mala costumbre" indígena, sino una amable bienvenida moderna recomendada muy efusivamente por Alexander von Humboldt, D´Orbigny, Von Tschudi, Markham, Mantegazza, De Castelnau, Herndon, Gibbon, Squire, Marcoy y otros. El trueque del acto de chacchar la coca por el más refinado consumo de la infusión es una adaptación costumbrista cuya real efectividad es puesta en duda por muchos.
Rodeada por el ceremonial, formalidades y controles ejercidos por la comunidad, raramente es objeto de abuso o descontrol que pueda causar daño a la salud. En las relaciones sociales de la cultura andina, la coca es un obsequio que significa amistad y generosidad. El acto de compartir la coca y consumirla conjuntamente con otros es un hecho muy importante que sella relaciones de confraternidad y confianza entre los participantes. Además, en la medicina tradicional no existe otro remedio con tantos y tan vastos usos cuya efectividad ha sido comprobada. En todos estos sentidos, además de su efecto bioquímico, la coca es uno de los componentes más destacados de la psicoterapia popular nativa, lo que la hace un indispensable elemento de apoyo para la seguridad emocional del hombre andino.
El uso de la hoja de coca ha sido tradicional entre muchos de los indígenas de Colombia desde tiempos inmemoriales, especialmente entre los de la Sierra Nevada de Santa Marta. Ahí se puede distinguir entre la manera de hacerse en comunión con la planta entre las culturas de montaña y las culturas de las selvas amazónicas. Las primeras, prefieren mascar la hoja tostada, e irle mezclando cal, algunos elaborándola de conchas marinas, y otros con cal de piedra. Los primeros, la conservan en un pequeño calabazo llamado "poporo". En el amazonas, las culturas que tienen relación con la planta de coca, la tuestan y pulverizan, mezclándola con ceniza de plantas amazónicas; el resultado es un polvo verde que se llama "mambe". Entre los indígenas colombianos a pesar que la relación con la coca es cotidiana, está revestida de religiosidad, y se considera a la planta como muy sagrada, rodeada de respeto y admiración. No entienden ellos que se le persiga en sus territorios, ya que no fue por su cultura ni sus costumbres el que en ciertos contextos se vea envuelta en varios conflictos.
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